viernes, 30 de diciembre de 2016

Crear valores en el sector inmobiliario. Jávea.

Lo que expongo a continuación surge de la experiencia de varios años de trabajo, pero concretamente de un día en el que llegue a la oficina muy cansado mentalmente.

Estuve visitando a nueve clientes dando lo mejor de mí y no obtuve recompensa alguna. Tuve la sensación que una vez los propietarios escucharon mis análisis del sector inmobiliario local y como les beneficiaba o afectaba directamente a ellos, ya no necesitaban nada más de asesoramiento. Sé seguro que ni siquiera tenían intención de vender sus propiedades tal y como aseguraban en las llamadas telefónicas para cerrar la cita en sus propiedades. Querían un asesoramiento gratuito...

La pregunta fue la siguiente. ¿es que no valoran mi tiempo? ¿Y si mi tiempo valiese dinero?

Si te consideras un profesional en tu trabajo, la respuesta a esta pregunta ha sido: mi tiempo vale dinero.
Si eres agente inmobiliario, debes de ser un profesional en ello, pero antes debes de considerarte un profesional, debes de valorarte. Tenemos un problema, la gente no nos valora, no nos considera profesionales.

Por poner un ejemplo claro (y sin menos preciar a los siguientes). Si los ordenadores de nuestras oficinas no funcionan, llamamos a un informático y nos factura el tiempo que ha necesitado en reparar y actualizar los equipos, y no hay discusión. Al igual ocurre con un fontanero, jardinero, electricista, abogado, asesor, etc pero, ¿qué pasa con nuestro tiempo cuando asesoramos en la compra de una vivienda? ¿Qué pasa con nuestro tiempo cuando visitamos una vivienda, realizamos un reportaje fotográfico y una valoración al propietario y luego decide no vender? ¿Y cuando visitamos varias casas con un cliente supuesta mente interesado y luego no nos responde a nuestras llamadas o correos electrónicos? ¿O cuando el vendedor que de repente un día llamas para realizar visita y te sorprende diciendo que ya no quiere vender? ¿Qué pasa con nuestro tiempo?
Las respuestas de los clientes compradores y vendedores son obvias: por ello cobras una comisión. Correcto, pero sólo si vendemos.


Tenemos un problema, no valoramos nuestro tiempo, y si nosotros no lo hacemos, nadie lo hará por nosotros. Nadie irá voluntariamente a tu oficina y te pagará por el tiempo, aunque afortunadamente siempre hay gente éticamente correcta y al menos te agradece tu trabajo.

Desde ese mismo día, yo decidí valorar mi tiempo, cuantificarlo y ahora puedo decir que mis clientes, también me valoran.

Te invito a ver este trailer de una entrevista que en breve estará al completo en tus redes sociales.


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